17 de diciembre de 2007
En la noche, mientras duermo, aprieto con fuerza los dientes e imagino que desgarro tu carne y sorbo a sorbo bebo tu sangre, que se desliza suavemente por tu cuello, empapando tu pecho y chorreando hasta tus pies.
Luego imagino que ya no eres blanco, sino rojo, que eres sólo sangre... que me empapas, me entibias, me manchas. Pero abro al fin los ojos y sigues siendo blanco. De arriba a abajo blanco. No soy capaz de desgarrar tus carnes ni de beber tu sangre, porque te miro y te miro y la verdad es que no tienes sangre.
Luego imagino que ya no eres blanco, sino rojo, que eres sólo sangre... que me empapas, me entibias, me manchas. Pero abro al fin los ojos y sigues siendo blanco. De arriba a abajo blanco. No soy capaz de desgarrar tus carnes ni de beber tu sangre, porque te miro y te miro y la verdad es que no tienes sangre.
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